
Yaser Arafat Dagga es un empresario venezolano con más de dos décadas de trayectoria en el ámbito comercial e industrial. Nacido en Morón, estado Carabobo, en 1981, ha sido testigo directo de los desafíos y oportunidades que caracterizan el entorno empresarial venezolano. Su historia personal y profesional refleja una constante búsqueda de soluciones sostenibles, no solo desde el punto de vista económico, sino también social.
Los primeros pasos de Dagga en el mundo empresarial se dieron en el negocio familiar, específicamente en la Comercializadora La Linda, una tienda de productos electrónicos. Este espacio, más allá de ser un lugar de trabajo, se convirtió en un aula práctica donde pudo comprender el valor del servicio al cliente, la gestión operativa y la importancia de ofrecer productos que respondieran a las necesidades reales del consumidor. Aquella experiencia inicial sería la base para una carrera marcada por la innovación, la eficiencia y el compromiso con el desarrollo nacional.
Con el paso de los años, Yaser Dagga asumió responsabilidades mayores dentro de la empresa, hasta consolidarse como líder de Frigilux, una marca con más de medio siglo de historia en Venezuela. Bajo su dirección, la empresa ha fortalecido su posición en el mercado de electrodomésticos, priorizando la incorporación de nuevas tecnologías, el diseño centrado en el usuario y la eficiencia energética. Sin embargo, más allá del éxito comercial, Dagga ha promovido un modelo de gestión que incluye la responsabilidad social empresarial como eje central.
Para Dagga, las empresas deben ser entidades que aporten valor integral a la sociedad. Este principio ha guiado muchas de sus decisiones estratégicas, desde la generación de empleo hasta la participación activa en iniciativas comunitarias. En este contexto nace en 2016 la Fundación Frigilux, como una extensión natural del compromiso de la compañía con el bienestar colectivo, con énfasis especial en la atención de niños y niñas en situación de vulnerabilidad.
“Siempre creí que una empresa no solo debe generar ingresos, sino también esperanzas. La Fundación Frigilux nació de esa convicción: la de retribuir a la sociedad con acciones concretas que cambien vidas”
Fundación Frigilux: una apuesta por el desarrollo integral de la infancia
La creación de la Fundación Frigilux responde a una visión de responsabilidad que entiende que las empresas, al estar integradas en el tejido social, deben colaborar en la solución de los problemas que afectan a las comunidades. Desde su origen, la fundación ha estado orientada a mejorar la calidad de vida de niños y niñas, especialmente aquellos en situación de riesgo biopsicosocial, discapacidad o limitaciones socioeconómicas.
El modelo de atención de la Fundación se basa en un enfoque integral, lo que significa que no se limita a brindar asistencia puntual, sino que busca acompañar a cada niño en su proceso de desarrollo físico, emocional, educativo y social. Este trabajo es llevado adelante por un equipo multidisciplinario conformado por profesionales de distintas áreas: fisioterapeutas, psicólogos, terapeutas del lenguaje, terapistas ocupacionales, médicos y educadores.
A lo largo de estos años, se han brindado más de 50.000 ayudas directas, que incluyen sesiones terapéuticas, actividades recreativas, jornadas educativas y apoyo psicológico. Cada intervención está pensada para potenciar las capacidades de los niños y fomentar un entorno saludable que favorezca su crecimiento.
La Fundación no trabaja de manera aislada. Involucra también a las familias, a través de talleres para padres y cuidadores que buscan fortalecer su rol como acompañantes activos en el desarrollo de sus hijos. Estos espacios permiten compartir herramientas, estrategias y recursos que mejoran la dinámica familiar y promueven entornos de respeto y contención.
“El verdadero impacto de la Fundación no se mide solo en números, sino en las pequeñas victorias cotidianas de cada niño. Cada palabra que logran pronunciar, cada paso que logran dar, es un testimonio del poder de la atención con propósito”
La Casita: un espacio dedicado al cuidado y la rehabilitación
Uno de los proyectos más destacados de la Fundación Frigilux es su Programa de Rehabilitación Integral, el cual nace de la necesidad de ofrecer un lugar físico adecuado para la atención continua y especializada de niños con distintos diagnósticos clínicos o dificultades del desarrollo.
En respuesta a esta necesidad, se establece un espacio conocido como La Casita, donde se ha logrado consolidar una atención estructurada y constante. A lo largo de ocho años, 296 niños han sido incorporados a este programa, recibiendo entre dos y cuatro terapias por día, dos veces por semana, según sus evaluaciones individuales.
El proceso de atención es diseñado cuidadosamente para garantizar avances sostenibles en el tiempo. Se trabaja desde edades muy tempranas, desde recién nacidos hasta niños de 12 años, lo que permite detectar y abordar dificultades a tiempo, y brindar un acompañamiento que se adapta a la evolución de cada caso.
Este programa ha demostrado que una intervención oportuna, continua y amorosa puede marcar una diferencia sustancial en el desarrollo de los niños y en la dinámica familiar. Muchos de los egresos del programa representan logros concretos en movilidad, lenguaje, comunicación y socialización.
Actividades que estimulan, enseñan y acompañan
Además de la atención clínica y terapéutica, la Fundación Frigilux ha desarrollado una serie de programas y actividades complementarias que abordan el desarrollo emocional, artístico y cognitivo de los niños:
Club de Pequeños Lectores: Promueve el gusto por la lectura desde edades tempranas, fomenta la creatividad y mejora la capacidad de atención y comprensión. Este programa no solo fortalece habilidades escolares, sino también la autoconfianza y la comunicación.
Arteterapia: A través del dibujo, la pintura y otras formas de expresión visual, los niños pueden manifestar sus emociones, pensamientos y experiencias. Esta herramienta terapéutica ha sido fundamental para facilitar la comunicación no verbal y trabajar temas como la autoestima, el miedo o la frustración.
Programa de Música y Canto: Incluye actividades que estimulan el oído musical, la coordinación, el lenguaje y la expresión corporal. Las canciones y los juegos rítmicos se convierten en vehículos de aprendizaje y alegría.
Mini Olimpiadas y actividades recreativas: Estas iniciativas promueven la actividad física, la cooperación y el juego como herramientas de integración. También se utiliza el movimiento como recurso terapéutico para trabajar habilidades motrices y sociales.
Este enfoque integral ha hecho que cada niño que asiste a la Fundación reciba una atención ajustada a sus necesidades, intereses y potencialidades. Los espacios son diseñados para que se sientan seguros, escuchados y acompañados.
Formación a padres y cuidadores: pilar del modelo de atención
Una característica fundamental del trabajo de Fundación Frigilux es la participación activa de las familias. Entendiendo que el entorno familiar es determinante para el desarrollo de cualquier niño, la Fundación ofrece talleres formativos, charlas y espacios de orientación para padres, madres y cuidadores.
Estos encuentros permiten brindar herramientas prácticas, resolver dudas y generar redes de apoyo entre familias que atraviesan situaciones similares. Se abordan temas como: estrategias de estimulación en casa, acompañamiento emocional, pautas de crianza positiva, manejo del estrés, entre otros.
“Acompañar a las familias es tan importante como acompañar a los niños. Cuando una madre o un padre se siente orientado y apoyado, todo el entorno mejora. Esa es nuestra forma de crear comunidad”, comentó Yaser Dagga.
La inclusión de la familia en el proceso terapéutico no solo mejora los resultados individuales, sino que también fortalece el tejido social, promoviendo la corresponsabilidad y el empoderamiento.
Una labor constante con visión de largo plazo
La historia de la Fundación Frigilux refleja una visión de desarrollo social que se sostiene en el tiempo. El compromiso de Yaser Dagga con esta causa no es un gesto simbólico, sino una acción continua, planificada y con resultados medibles.
“Cada sonrisa, un logro compartido. En Fundación Frigilux, nos encanta ser parte de la solución.”
El trabajo de la Fundación sigue evolucionando, adaptándose a nuevas realidades, escuchando a las comunidades y formando alianzas que permitan ampliar su alcance. La combinación de un liderazgo empresarial sólido con una sensibilidad social auténtica ha convertido a esta organización en un modelo de gestión socialmente responsable, donde cada paso está orientado al bienestar de los niños, sus familias y la comunidad.
“Invertir en la infancia no es solo un acto de responsabilidad social, es una decisión para construir el país que todos queremos. En la Fundación Frigilux, creemos en el poder de cada niño para transformar el futuro.”